Homenaje a una idea

Y en el pasado....

Hoy en día es inimaginable pensar en una oficina sin ordenadores. Yo no tengo experiencia sin ellos, pero me cuesta recordar qué hacía cuando no tenía internet. Cómo era capaz de estar tantas horas en la oficina sin agobiarme, sin aburrirme. Internet se ha convertido en la mejor compañía.
En mis primeros años de trabajo, recuerdo que había días en los que el ocio se volvía insufrible, y el periódico se convertía en el aliado. Leer y releer, hacer el crucigrama, volver a leer noticias, cartas al director.....
Todo eso ha quedado atrás, tus amigos están siempre disponibles en el messenger, se pueden leer tantos diarios como te interesen, escuchar la música que te guste, e incluso, en momentos de ocio, puedes echarte una partida de cualquier juego.
Y pienso en hace 10 años. Cuando todo se reducía a un despacho, un teléfono y un trabajo.

Tormenta en la playa

La lluvia inicia el cortejo, intenta que el mar le siga, primero acaricia, después arrolla. Se forma un baile de enamorados, de reencuentro. Los rayos parecen flashes de fotos, los truenos tambores de alegría.
Me gusta pasear por la playa mojada, llenar de arena los zapatos, mojar los pies en la orilla y sentir el agua en la piel.
En los momentos de tristeza me gusta ir a la playa, ver el mar, escuchar música y dejar que el tiempo pase, como si la marea pudiera llevarse todo lo que me atormenta.
La gente se extraña y piensa en locura. Los locos son ellos, incapaces de encontrar la felicidad.
Porque en mis momentos tristes soy feliz.

La canción ....

Grandilocuencia

Todo es lo más.....
Enero y febrero han sido los meses más lluviosos en 10 años en un sitio.
Ayer cayó la nevada más copiosa en 40 años en otro.
En cierto lugar se vive la mayor sequía en 25 años.
La ola de asesinatos más grave de la decada.....
Y la gente se asusta, se aturde..... es el fin del mundo.
No sé lo que intentan, pero cansan. Aburre el periodismo que ofrecen el 90% de los medios de comunicación. Ayer intenté ver un telediario pero tras 15 minutos de sucesos acabé zapeando a otro canal.
Todo es tratado con una grandilocuencia que parece que esta vida es lo peor que nos podía ocurrir.
Tratemos de ser felices, que sólo se vive una vez.

El mundo está loco, loco, loco

Si no recuerdo mal fue dirigida por Stanley Kramer en 1963. Aunque yo la vi a finales de los 70, principios de los 80, en el cine. Fue una las películas que mejor quedaron grabadas en mi memoría, de todas las que vi, en mi infancia. Recuerdo el cine, hoy convertido en superficie comercial de ultramarinos. Solíamos ir en verano toda la pandilla de amigos. Para los niños era gratis o tenía precio especial. A veces teníamos la suerte de que nos colase el hijo del dueño. Suena duro, pero era lo único que nos interesaba de él.
Y qué grande la película. Qué grande la interpretación de los actores y actrices. Creo que no paré de reir en las más de dos horas y media de proyección. De esas películas que después necesitas un tiempo para volver a ver, porque no quieres que pierda la magia.
Hoy me acordé de tantos coches a la carrera, buscando el tesoro bajo la gran W. Que grande es el cine. Y que bien define este título nuestra vida moderna.