La sombra en la ventana
Mirar al infinito.
Una ventana.
Ojos azules que invitan a soñar. ¿Serán realmente azules?
Estás despierto pero surcas otros mundos.
Cada mañana, al salir de casa, ves una sombra en la ventana. Una mujer, siempre fumando, siempre divisando el horizonte, siempre perdida en divagaciones.
Un día, como hipnotizado, te sientas en su portal. La curiosidad de dar luz a esa sombra. De preguntar qué piensa mientras fuma en la ventana.
¿Se puede uno enamorar de una silueta?
Pasan las horas.
Sale la sombra a la luz.
Inconfundible, como si pudieses reconocer esas formas entre miles, te sientes feliz.
La saludas, como lo haría cualquier vecino, y ella te regala una sonrisa.
Ya te puedes ir, tienes el regalo en tu memoria. La sombra ha cobrado luz.
No precisas más.
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