ANOTACIONES DE UNA VIDA SENCILLA

En esta página espero reflejar pequeños detalles, comentarios y experiencias que puedan, porque no, algún día ayudar a alguien.

22 noviembre 2005

El sentido de la vida

Cuando era pequeño, cada noche pensaba en la muerte antes de dormir. Me imaginaba en un féretro de madera, sin poder hacer nada más que esperar el paso del tiempo, sin más opción que el uso de la imaginación para hacer más ameno el trance, puesto que allí todo estaría siempre negro. No me podía imaginar la muerte de otra forma, sino como una larga espera hasta que, un día cualquiera, Dios nos diera una nueva oportunidad de seguir viviendo al aire libre.
A veces me imaginaba que al morir volvíamos a nacer en otro cuerpo. Pero no podía entender como no teníamos recuerdos de aquellas vivencias y volvía al ataúd de madera, en el fondo más sencillo de comprender. Sin embargo, con la futura vida tras la muerte, me sacudían dudas sobre lo ocupado que estaría todo, tantos hombres y mujeres que han habido en la historia, todos en un mismo lugar.
Recuerdo que antes de dormir tenía cientos de ideas, pensamientos, paranoias, sueños y fantasías, que si no me gustaban, trataba de borrar como si mi mente fuera una pizarra, con un borrador que lo dejaba todo blanco. Y nuevos flases de ideas saldrían a relucir al instante.
Ahora mis divagaciones han ido cambiando, nuevas preocupaciones, nuevas formas de ver la vida y la muerte, pero en el fondo, sigo siendo el mismo niño que dormía pensando que la vida tenía un sentido.